Cape Fear
Cape Fear es una película sublime desde todos los puntos de vista. No se necesita explicar la absoluta grandeza que se desprende del dúo Scorsese – De Niro, la explosión que causa en nuestros sentidos el saber que tan grande genio es dirigido por otro genio de otra clase, casi de otro planeta.
La cinta es un thriller centrado en la justicia y en el sexo, lo cual esta implícitamente –o explícitamente– relacionado con la religión. Se encuentra el hombre bueno y el malo y la manera en que éstos son vistos por la sociedad, casi como si se tratase de un juego de reconocimiento de niños. El bueno, hombre de familia, adinerado y abogado, Sam Bowden, (Nick Nolte) y el malo, Max Cady, (Robert De Niro) tatuado, de mal gusto y violador.
Max acaba de salir de prisión luego de una condena por violación de 14 años, la cual alega que pagó debido a la pobre defensa otorgada por parte de su abogado Bowden. A su salida, Max inicia una caza psicológica contra su abogado y busca probarle a toda costa que su destino pudo haber sido distinto si su defensa hubiese sido diferente, en pocas palabras, justa, acosando a las personas más allegadas a Bowden y personificando los impulsos reprimidos de cada uno de sus protagonistas.
Cape Fear es la historia del villano que busca enseñar la justicia al abogado, mientras seduce y tortura todo lo que es querido para Bowden de una manera inteligente y cínica, quizás propia de un ex convicto aficionado a la filosofía. Como el lobo feroz que quiere comerse a Caperucita Roja, Max eleva los deseos sexuales de la hija de 16 años del abogado y con escenografía infantil de fondo, intenta seducir a esta Caperucita, deliciosamente interpretada por Juliette Lewis, mientras, al mismo tiempo, logra perturbar a la esposa, la eterna Jessica Lange.
De Niro, encantador como siempre, rompecorazones sin importar el papel que interprete, juega el rol del villano que busca probar que no todos los chicos malos vienen empacados de la misma manera, unos con tatuajes y malas palabras, pero también con gafas y corbata, y bajo la piel de esa oveja se esconde un criminal que no necesita matar ni haber estado preso para cometer otro tipo de delitos por los cuales merece ser castigado de una manera casi bíblica.
Ahora, si bien Cape Fear cuenta con un plot interesante, un director de otro mundo, un actor perfecto y una música alucinante, ¿por qué debo desacreditarla? Quizás “desacreditar” es exagerado, pero debo criticar lo siguiente:
La película me hubiese obnubilado por completo si hubiese caído en manos de otro director, pero Scorsese…el genio creador de Taxi Driver y Goodfellas, luego crea o recrea Cape Fear…Es como Hitchcock, cuando después de Pyscho y Vertigo hizo Marnie. Claro que va a ser criticada, no por la obra en sí, sino por quien la dirige. La cinta puede ser deslumbrante pero una cosa es que sea buena y otra cosa es que sea la imagen y semejanza de su director. Lo que no sucede en este caso y lo que se había visto siempre en Scorsese.
Acostumbrados a un director más atrevido y más personal, el problema en este caso es que, a pesar de ser un film fantástico, nada tiene que ver con las obras maestras que realizó anterior a esta cinta. Y es que no se trata de un lapso de creatividad sino de la limitación de la misma. Esta película fue la primera para Scorsese en ser realizada en un gran estudio de Hollywood, con un gran presupuesto.
Lo que hace que sea el ejemplo perfecto de que en Hollywood (en la gran mayoría de los casos) el dinero absorbe la creatividad, la limita de una forma asquerosa. No hay duda alguna de que la genialidad de Scorsese va mucho más allá, y lo ha probado a lo largo de los años, incluso ya catapultado en los grandes estudios norteamericanos, pero la diferencia puede percibirse desde el primer intento.
Un Scorsese con toques Hitchcocknianos -más de Alfred que de Martin-, un De Niro impecable, un relato de culpabilidad, de héroes y villanos, de acción y castigo, un perverso sexual e intelectualmente…una película con elementos perfectamente logrados y una banda sonora impresionante…Cape Fear no salió del alma de su re-creador (La primera adaptación del libro fue realizada en 1962 por J. Lee Thompson), pero digamos que es justamente por eso y démosle un voto de confianza a los grandes estudios hollywoodenses, que sólo por otorgar grandes cantidades de dinero para una película no quiere decir que quieren quedarse con el control total de una obra (estas últimas líneas son totalmente sarcásticas).