Dolor y gloria

Dolor y gloria - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Dolor y gloria»

La masturbación intelectual y artística, unas cuantas palmadas al ego junto a los elementos visuales y narrativos a los que Almodóvar nos ha acostumbrado, conforman su nueva cinta “Dolor y gloria”, la cual compitió en la pasada muestra del Festival de Cannes y ha sido aclamada de forma unánime por la crítica.

Sin saber qué esperar, sin haber visto tan si quiera el tráiler, entré a la sala de cine ilusionada, –como siempre con Almodóvar– ya que a pesar de no adorar todas sus películas, me parece que siempre termino un poco más inteligente después de verlas, o por lo menos, menos ignorante. El caso es que siento que siempre aprendo algo, bien sea de la vida, de mí misma, alguna técnica cinematográfica que desconocía o simplemente corroboro en este caso y una vez más la belleza letal de Penélope Cruz y que definitivamente Almodóvar es combustible para mis deseos.

Con la colorida fotografía e hilarante estética que caracteriza todos sus films, Almodóvar nos adentra a un universo marcado por los tiempos, con todas sus piedras, cicatrices y recuerdos que justamente, sólo el Tiempo puede llevar, marcar y olvidar.

Dolor y gloria - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Dolor y gloria»

La vida de su protagonista, Salvador Mallo, interpretado majestuosamente por un adolorido y lento Antonio Banderas, se pierde entre sus recuerdos del pasado donde su madre cuidaba de él, donde sus primeros encuentros con el amor lo enfermaban y cuando el cine jugó un papel que definiría gran parte de lo que es; pasando por un presente casi fortuito, sombrío a pesar de estar rodeado por colores brillantes, el cual se pierde entre la ficción y la realidad.

Una realidad que pertenece a alguien tan conocido como distante, dependiendo de qué lado del cine te encuentres, si eres seguidor de Almodóvar tendrás la oportunidad de moldear al personaje, de pelarlo hasta descubrir todas sus capas, si no sigues al director español, pues te regocijarás con un personaje excelentemente bien construido ya que el espectador en este caso se dejará llevar, pero en el caso contrario, será un participante activo en la construcción del protagonista.

En “Dolor y gloria”, Salvador, quien se ha hecho casi voluntariamente a un lado del cine debido a todas las dolencias que padece, tiene una nueva oportunidad de brillar frente a su público gracias a la restauración de su película “Sabor”, estrenada 30 años atrás. Le piden que la presente junto al protagonista de la cinta con quien tuvo graves conflictos creativos, lo que supuso la ruptura de la relación profesional. Dicho encuentro conlleva a Salvador a hacer un descubrimiento psicotrópico que actúa como motor para su memoria.

Dolor y gloria - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Dolor y gloria»

“Dolor y gloria” es una película de una honestidad hermosa y melancólica, desde la elección de los actores hasta la música, con elementos demasiado familiares como los gestos de Banderas, el hecho de desplegar en pantalla a sus grandes amores cinematográficos Penélope Cruz y Julieta Serrano y esa intensa lectura por parte de Asier Etxeandia de un monólogo demasiado personal que eriza la piel.

Almodóvar, cruzando su vida con la de Salvador Mallo, recordando y reinventando sus vivencias, sentimientos y amarguras, hace de esta llamada a medias “auto-ficción”, un exquisito retrato de su propia historia, un film casi de auto homenaje cargado de las cosas que más ama el español: las mujeres y los hombres, sus fetiches, sus colores y a él mismo.

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