Nightmare Alley (2021)
El maestro de lo fantástico, Guillermo del Toro nos deslumbra esta vez con un remake de la película de 1947, Nightmare Alley, basada en el libro de William Lindsay Gresham. Esta nueva entrega, ha sido nominada a los Premios de la Academia 2022 en las categorías: Mejor Película, Mejor fotografía, Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Diseño de Producción.
La película de cine negro es un hipnótico relato de un hombre, Stan Carlisle, (Bradley Cooper) que llega a una feria de carnaval para pedir trabajo. Una de sus primeras misiones es atrapar al cretino de la feria que ha escapado. El cretino es un vagabundo alcohólico que los dueños de las ferias explotan como hombre/bestia por entretenimiento. Lo que Stan no se imagina es que dentro de ese universo ficticio, la realidad está más cerca de lo que cree.
“Las personas están desesperadas por ser vistas”, una frase como punto de partida para el crecimiento del ego de un hombre que parece frágil, que se muestra como un dócil aprendiz, pero que con el correr de los minutos, mientras pelamos sus capas, nos damos cuenta de que es solo una fachada, y que la avaricia puede volver terrorífico hasta lo más hermoso. Y nos recuerda, que a pesar de los hermosos colores que actúan en la cinta como protagonistas de un lugar feliz, este film no es más que una tragedia existencial.
La actuación de Bradley Cooper es impecable en todas sus facetas. Despliega una serie de rasgos de personalidades opuestas de una manera extremadamente natural, la comodidad dentro del personaje se siente y lleva la cinta en sus hombros de principio a fin. Peso que comparte a ratos con la siempre perfecta Cate Blanchett como una femme fatale fulminante, mi tipo de personaje favorito para esta actriz, quien seduce con movimientos lentos, voz gruesa, líneas inteligentes, y esa sonrisa de medio lado que causa la perdición de hasta los más inteligentes, como Stan.
Blanchett en el rol de Lilith Ritter, psicóloga versus un manipulador de profesión, nos muestra una relación de poder exquisita. Ambos quieren ser el dominante tratando de meterse en la mente del otro en el juego de género y del sexo. Cada una de las líneas que comparten estos dos actores en dicho juego de poder es fascinante y para mí, son las mejores escenas de la película.
La fotografía es impresionante, como siempre en películas del director mexicano, y una vez más, aunque de una manera menos evidente, se nos muestra la fascinación de Del Toro por la magia y las criaturas extrañas, desembocando toda la historia en el hecho de que de una manera u otra, lo que separa al hombre de ser una bestia, son sus propias decisiones.
La magia sigue allí, latente, dándole fuerza a la esencia particular de Del Toro a pesar de que ha sido criticado por haber intentado hacer algo diferente con esta cinta. No lo veo así, creo que ese universo tan suyo sigue muy presente, solo contado desde otros puntos de vista, por otro tipo de personajes, pero su esencia sigue intacta y por donde lo veamos, sabemos que es un film sello del mexicano. A ratos puedo ver destellos de Iñárritu, pero no me molesta, después de todo, ambos son genios en este arte.
Además de Cooper y Blanchett, un elenco delicioso conforma la cinta: Willian Dafoe, Toni Collette, David Strathairn, Richard Jenkins, entre otros grandes nombres de la industria. Lo único que me decepcionó y que me duele, fue la actuación de Roony Mara. Fue una actuación pálida, sin fuerza. Su personaje es así, pero pienso que le faltó cierta potencia, lo cual es extraño en esta talentosa actriz.
Sin más, y a pesar de que Nightmare Alley se ha apuntado ya varias nominaciones en esta temporada de premios, el hecho de que la actuación de Bradley Cooper no haya sido reconocida en los Oscars 2022 me parece uno de los errores de este año. Cooper, sabiendo personificar a la perfección el alma de un pobre cretino, envuelto de una belleza física sin igual, con una seguridad fabricada y una actitud de superioridad, llegó lejos en la ficción, pero no lo suficiente en el mundo del cine esta temporada. Después de todo, siempre volvemos a la realidad, incluso en las películas de Guillermo del Toro.