Promising young woman
Promising young woman tiene los elementos necesarios para convertirse en una de mis películas favoritas de esta temporada de premios, pero, lamentablemente, no ha sido el caso. La primera película de la actriz, productora, directora y guionista Emerald Fennell ha sido nominada a Mejor Película Dramática, Mejor Guion, Mejor Director y Mejor Actriz – Drama en los Golden Globes de este año.
Una chica arrastra un trauma del pasado que perjudica su presente y que dicta la manera en la que vive su vida. Cassie (Carey Mulligan) es una mujer un tanto extraña, misteriosa y pausada en sus reacciones y en sus diálogos. Va de bar en bar pretendiendo estar ebria para llevar consigo al hombre que se atreva a aprovecharse de su estado, para luego darle una lección moral cargada de venganza.
Los hechos factibles de la incompetencia judicial y la falta de interés por parte de las autoridades frente al abuso sexual (término que nunca se utiliza dentro de la cinta) son el hilo conductor de una historia guiada por la venganza. El film posee una estética increíble, colores brillantes y un ambiente ultra femenino que puede verse como una insinuación a que la locura y la venganza también se ocultan en la delicadeza de una mujer.
Envuelta en música de mi preferencia, que según Fennell fue una forma de romper con la imagen poco seria de la música pop femenina, la cinta nos presenta a una Carey Mulligan oscura en medio de colores brillantes. A mi parecer, una mezcla embriagadora de sentidos, una historia interesante, con un personaje femenino que se pierde entre la supuesta inocencia con la cual han sido estereotipada las mujeres a lo largo de la historia, pero quien, de cerca, oculta una verdad tenebrosa. La batalla de los sexos es una vez más protagonista, otorgándole esta vez a la mujer el papel de la dominante, de la peligrosa, de la intocable. Fennell nos regala una propuesta diferente desde todos los puntos de vista, pero a mi parecer, no funciona.
Todo es demasiado forzado. El estilo, el personaje, los diálogos…absolutamente todo está minuciosamente hecho a mano por una directora que pide a gritos ser vista y reconocida por encima de los hombres. No quiero decir que esto sea negativo, es sólo su manera de representarlo en pantalla lo que siento que no funciona. Parece que Fennell quiere poner el dedo en la femineidad de una manera evidente, mostrándonos tonos rosas, diseños de flores, vestidos y música de las Spice Girls o Paris Hilton, como con una necesidad de aprobar su género y de abrazarlo, como si dichos colores, el pop y las chicas rubias lindas es lo que nos define como mujer.
No sé si esto en su intento de decirle a esta industria machista que una mujer repleta de todos los elementos considerados como femeninos, puede ser tan buena como los hombres; pero sea cual sea el caso, siento que es una manera desesperada de demostrarlo y esto, a mi parecer, invalida un poco su posición de directora. No de mujer u hombre, sino de cineasta. Es decir, la película no necesita utilizar el color rosa al estilo Marie Antoinette de Sofia Coppola para demostrar que es una película hecha por una mujer. No se necesita colocar música de pioneras del “girl power” para darle fuerza a la identidad femenina de su obra. Es cierto que quizás este es su toque personal y su estilo estético, pero conjugado con el resto de los elementos pareciera que no es natural. Quizás si lo es, y de ahora en adelante sus películas tendrán ese estilo reconocible, pero esto queda por verse.
Sea como sea, la cinta ha suscitado críticas positivas y ha hecho que fanáticos del personaje de Cassie como representante de las mujeres sin voz, justifiquen de manera directa o indirecta su violencia y su manera de actuar. Cassie es un personaje complejo sin duda alguna, y con muchas capas que quedaron a medio pelar. Mulligan lo eleva hasta cierta altura. Creo que pudo llegar más alto, pero no a nivel interpretativo, sino por cómo está escrito el personaje: lleno de inconsistencias y huecos, pero que en cierto nivel concuerda con las inconsistencias y el vacío por el cual atraviesa el personaje.
Así que, sin poder reconocer a ciencia cierta lo que Fennell quiso hacer con todos sus elementos, que a mi parecer son puestos en pantalla de manera desordenada y sobrecargada, debo de reconocer que es un buen primer intento para una directora con un potencial enorme, quien espero que luego de este gran reconocimiento de su ópera prima, logre desbloquearse por completo y nos demuestre de lo que realmente es capaz, metiéndose en la piel de una cineasta, no de una mujer directora.
La tarea no es fácil, es muy sencillo estar de este lado del cine y sugerir lo que debe o no hacerse, pero para poder destruir las barreras de género que nos han sido impuestas desde principios de la historia, debemos nosotras mismas creer en nuestra habilidad de hacer cine de la misma manera que los hombres como lo han hecho cineastas como Lynne Ramsay o Kathryn Bigelow, incluso Sofia Coppola, cuyo estilo es bastante femenino sin resultar impuesto o forzado.
En todo caso, le doy a la película “A for effort” (la nota “A” por esfuerzo) pero no cuatro nominaciones a los Golden Globes, aún no.