Perdida
Con ganas de ver una película argentina y después de la gran publicidad que tuvo en el 2018 la cinta Perdida de Alejandro Montiel, me decido a verla feliz, ya que se trata de una cinta de suspenso y argentina. ¿Qué puede salir mal?
Una policía, Manuela “Pipa” Pelari, lucha incansablemente por encontrar respuestas sobre la supuesta muerte de su amiga Cornelia, perdida hace 14 años cuando Pipa y sus amigas se encontraban en la Patagonia argentina por un viaje escolar. El caso se ha cerrado, pero ella insiste en que Cornelia no ha muerto, y para intentar demostrarlo, ingresa a la policía donde se encuentra bajo el ala de Ramón, su jefe, quien parece quererla de manera paternal.
La película está basada en el libro de Florencia Etcheves titulado Cornelia, y posee un plot definitivamente intrigante, pero poco original tanto en su narrativa como en la estética. La descarada imitación policial hollywoodense es decepcionante y el aura negra en el que se desarrolla la película parece sacada del cine escandinavo, donde reina una oscuridad agobiante y casi siempre bien justificada, pero en esta cinta, sólo parece una imitación de algo mucho más grande de lo que el director logra crear.
De la misma manera, los huecos narrativos y las incongruencias a lo largo de la historia se ven reflejados claramente en los diálogos y en esos saltos en el Tiempo que particularmente, encuentro revoltosos, los cambios son escenas discontinuas que perturban en los primeros segundos lo que causa desconcentración. No tengo nada en contra de los saltos en el Tiempo siempre y cuando sean justificados, bien logrados sin ser pretenciosos y, en este caso, a pesar de estar justificados y de no ser pretenciosos, no fueron bien logrados.
Las actuaciones son mediocres, incluyendo la de la actriz principal Luisana Lopilato, donde parece una simple lectura de guion, casi siempre robotizada con excepción de algunas escenas donde se le ve un poco más de emoción a los de por sí, diálogos planos. Amaia Salamanca, Nicolás Spregelburd y María Onetto, que, a pesar de ser buenos actores, en esta película su talento estuvo completamente escondido.
A pesar de todo y sin poder encontrarle una explicación que me satisfaga, la película se deja ver. Se vuelve un poco tediosa, pero, sin embargo, dejarla de ver me resultó difícil. Crea la intriga apenas justa para quedarte hasta el final.
La verdad, aunque no he visto aún su precuela, me parece necesaria. Esta cinta salió en el 2020 con el nombre de La corazonada, y espero que nos otorgue información de calidad para entender mejor lo que sucedió en Perdida. Pero lo hecho, hecho está y la realidad es que la influencia de un estereotipo no siempre queda en simple influencia, sino que se apodera del film haciéndolo ver como una imitación de algo que funcionó en el pasado pero que, debido a una ejecución floja, no funcionó en este caso. Perdida es cliché, con actuaciones mediocres, una música decente, buena fotografía, pero igualmente poco original, es un film que no tiene una identidad definida, pero (y este es un gran, pero) es un tema interesante y la construcción mediana de la intriga es lo que únicamente salva el film.
Sea como sea, prefiero seguir pensando en el buen cine argentino.