Jackie
Algo que sin duda alguna tiene el chileno Pablo Larraín, es el don de escoger con perfecta precisión a sus protagonistas, especialmente cuando se trata de una película biográfica o de un retrato de alguien célebre.
Esta vez le rindo homenaje a su elección en la cinta Jackie, con nada más y nada menos que Natalie Portman en el papel de la famosa ex Primera Dama de los Estados Unidos, Jackie Kennedy, rol por el cual ha sido nominada por segunda vez en los Oscar 2017 como Mejor Actriz (Ganadora en el 2011 por El cisne negro y nominada en el 2005 a Mejor Actriz de Reparto por Closer) al lado de la francesa Isabelle Huppert (Elle), Meryl Streep (Florence Foster Jenkins), Emma Stone (La La Land – La ciudad de las estrellas) y Ruth Negga (Loving).
El lado más humano de Jackie Kennedy luego de la muerte de su esposo, John “Jack” F. Kennedy en 1963, se convierte en el eje central de esta película. Larraín intenta desesperadamente mostrar el protagonismo de esta mujer quien luchó por asegurarle un homenaje digno y heroico a su marido al mismo tiempo que intentaba sobrellevar su pérdida.
Un film devastador que muestra a Jackie no como el símbolo de la moda por lo cual es reconocida mundialmente, sino que la muestra como una guerrera, una mujer fuerte y decidida a hacerle justicia al apellido Kennedy. Es una película que intenta humanizar la figura de Jackie y es con este filme que Larraín marca su entrada al cine de Estados Unidos.
Incluso si la película visualmente es hermosa, filmada en 16mm para conservar ese look de “imágenes de archivo” que tan perfectamente logra el director de fotografía, Stéphane Fontaine, al igual que los impresionantes planos de Larraín, encuentro que el montaje vuelve lenta y confusa la película y me parece que dura más de lo que debería. El final pudo ser poderoso, sin embargo, Larraín lo extiende demasiado.
Si bien considero que hay escenas que sobran, hay otras que son simplemente magníficas. Los primeros planos hacen que se te erice la piel cuando hablan Jackie y el periodista (a quien le relata todo lo vemos en una entrevista), los planos en contra picado son imponentes y Natalie Portman -oh- Natalie Portman es maravillosa.
Con el icónico atuendo rosa de Jackie, la trágicamente bella representación de Portman eleva la cinta de una manera sublime, el retrato cerebral y rígido que logra la actriz de origen israelí, la posicionó como gran favorita en los Premios de la Academia. Portman no sólo logra meterse en la piel de Jackie con su perfecto acento, tono de voz y gestos, sino que logra transmitirnos la complejidad del personaje. No es sólo el retrato de una mujer que está en duelo, es la razón de ese duelo, es lo que quiere hacer de él. Es una cuestión de poder, su poder como esposa del ex Presidente de los Estados Unidos y el poder del apellido Kennedy.
Dolorosamente hermosa, sensible pero cínica, es la interpretación de una Natalie Portman brillante, como siempre lo ha sido. La imagen prácticamente intacta de Jackie que defiende Larraín y que interpreta majestuosamente Portman, es el punto fuerte de esta obra que mantiene al director comprometido con su estilo de retratar a los personajes de una manera real y humana.
Es una película que simplemente no pudo ser de nadie más, más que de Pablo Larraín y Natalie Portman y eso se siente.