Desde allá 

Desde alla - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Desde allá»

– «Sólo hay leche»

– «No me gusta la leche»

Precisa el chico luego de haberse acostado con el tipo.

Desde allá o Los amantes de Caracas (2015) es una producción venezolana y mexicana dirigida por Lorenzo Vigas, ganador del León de Oro en la 72° Edición del Festival de Venecia con el apoyo del genial Guillermo Arriaga como guionista (presente en muchas de las películas de Iñárritu como Amores perros, 21 gramos Babel).

Más que una promesa, es la realidad actual del cine venezolano, el cual ha ido evolucionando a una calidad impresionante, más que a la medida del tiempo. Pero si hemos debido esperar todo este tiempo para ver un film como este, entonces ha valido la pena.

Un largometraje al mejor estilo del movimiento slow cinema que ha venido fuerte desde hace aproximadamente 20 años, especialmente en el cine de Europa del Este y que ahora Vigas ha adoptado para su película. Por tratarse justamente de slow cinema vemos planos largos, fijos, prácticamente sin sonido alguno.

Desde alla - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Desde allá»

Sin necesidad de música, este venezolano logra lo que muchos directores no pudieron: hacer vibrar al espectador puramente de la mano de sus actores con un guion casi inexistente. Todo se centra en la mirada, en las emociones a flor de piel y en la fuerza de la historia.

La cinta trata de un hombre maduro y de cómo éste busca conquistar a un joven de 17 años sacado directamente de los barrios de la visiblemente bella pero socialmente arruinada Caracas. Vigas muestra los hermosos espacios venezolanos pero también la cruda realidad socio-política por la cual atraviesa el país. A pesar de poseer elementos fílmicos muy bien logrados, para mí su valor recae en la historia y en el contexto en que ésta es contada. Es decir, por ser una producción venezolana mostrada en una Venezuela en su mayoría homofóbica e hipócritamente religiosa.

La observación es el elemento reinante dentro de este relato de amor lleno de enigmas. De vacíos que te inundan el pensamiento con preguntas como ¿qué son?, ¿qué hacen juntos?, ¿acaso lo ama?, ¿acaso se aman? Repleta de cambios inesperados, detalles que reflejan una línea política bastante clara y dos actores que merecen ser reconocidos.

Desde alla - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Desde allá»

La relación entre estos dos personajes es tan ajena como cercana. Como espectador puedes apreciar ese lazo en común que los une sin saber realmente de dónde proviene. ¿Será, acaso, el amor? Pero, ¿el amor a qué exactamente? ¿Al dinero, al sexo, a la figura paterna?

Según Vigas, el principal elemento de esta historia radica en la relación entre padre e hijo, una relación que se mantiene incógnita durante toda la película pero que podría ser justamente la base del comportamiento de Armando (Alfredo Castro): distraído, callado y misterioso. Interesado únicamente en jóvenes aparentemente faltos de cariño y cuidados.

Este personaje encuentra el placer en la desnudez del cuerpo masculino. Recoge sus objetos de deseo en las calles de la capital y les ofrece dinero para que se desnuden frente a él sin más. La fascinación que le causa el joven Elder (Luis Silva) es tan poderosa que llega a confundirse para ambos con el amor, lo que da pie a una relación destructiva. El deseo los lleva a realizar cosas inimaginables y el ver hasta dónde son capaces de llegar a causa de ese “amor” se convierte en una pesadilla, la cual se desenvuelve bajo la mirada inquisitiva de los venezolanos: sociedad prejuiciosa por excelencia.

Desde alla - Neon Films

Fotograma obtenido de la película «Desde allá»

En algunas imágenes se encuentra plasmado el lado político, a veces de manera muy sutil, otras tantas descaradamente. De por sí, las imágenes de la estropeada Caracas son fieles a la situación actual del país.

La representación de la relación entre padre e hijo podría simbolizar la relación entre el pueblo tanto con el ex gobernante como con el gobernante actual de Venezuela, es decir: inexistente. No hay comunicación entre ellos, se da a entender que el padre ha hecho algo terrible que ha arruinado completamente la vida del hijo. Quizás no es la intención de Vigas, pero la realidad se aprecia tan de cerca, que como venezolana no puedo sino remarcar esos detalles que podrían tener un significado oculto. Quizás no. El caso es que una vez lanzadas a la manada, las películas no le pertenecen ya a su realizador. La película es de todos, por lo tanto, libre de interpretación. Esto a su vez hace que el cine sea una de las artes más putas que existe.

Este film podría marcar el inicio de un ciclo de cine venezolano impecable, si sus directores continúan lanzándose en dirección a lo atrevido, a lo vanguardista (para Venezuela), a lo que muchos piensan pero no dicen. En fin, si continúan lanzándose a lo sorprendente, desde allá, a lo que aún Venezuela no dice pero siente.

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